Sunday, February 13, 2011

Hace mucho, muchísimo tiempo...

Yo tenía suficiente tiempo libre como para bloggear. Y tenía un Blog. Se llamaba "In Blog We Trust", y estaba alojado en MSN Spaces. MSN Spaces era pésimo. No permitía intercalar imágenes en el texto, por ejemplo. Las imágenes tenían que ponerse al final a fuerzas. Éso mataba de inmediato miles de posibilidades de chistes, como por ejemplo mi posibilidad de decirle a alguien:

fíjate que llevé a mi sobrinito a que lo bautizara el mismísimo Papa,


e intercalar de inmediato la imagen, así.

Ah, ésos tiempos. Luego estalló La Gran Guerra con Respecto al Blog y la Privacidad, hosteada por mi familia, alrededor de, 2008, me parece. Y tomé la decisión de adoptar el nick (porque antes bloggeaba con mi nombre a secas), y de mudar el sitio a un lugar donde estuviera desligado de mi cuenta de Hotmail: Blogspot.

Pero todavía tenía tiempo, aunque un poco menos. Y Bloggeaba!!... al menos una vez por semana.

También hubo una época, aún más atrás, en que tenía tiempo de meterme - ¡¡diario!! - a foros de Internet a aprender religión, filosofía y sociología contemporánea, pero sobre todo a aprender las tácticas de los guerrilleros que han dominado el arte de enredarse en imbéciles discusiones de Internet en donde todo mundo termina (o, si hay amor en el mundo, por lo menos debería terminar) sintiéndose un macaco.



Incluso, tuve tiempo de hacer algún que otro contacto en ésos foros, que conservo hasta el día de hoy.

También tenía tiempo de escribir. Escribir mucho, muchísimo. Ensayos, tonterías, prosa poética, tonterías, entradas de Blog, prosa no tan poética, y muchas pinches soberanas tonterías. Incluso me sobraba tiempo para estudiar y hacer teatro.

De vez en cuando hasta hacía algo cagadísimo: dedicaba horas a pensar y escribir respuestas para las cadenas de e-mail que me mandaba la gente, cadenitas que me caían muy gordas. Y las enviaba. Escribía, por ejemplo, la explicación detallada de por qué creer que Bill Gates te iba a regalar dinero por hacer clicks era estúpido. Y la enviaba. Respuestas sarcásticas, cínicas, propias de la niña caguengue de 19 años a quien le importa tres pepinos la diplomacia; y no ve absolutamente ninguna grosería en picarle "Reply" a la cadena sobre la Virgen de Guadalupe que mandó su tía, adjuntando el mensaje de: "Tía, lo siento, pero no voy a reenviar ésta tarugada. La Virgen tendrá que empezar a utilizar DHL"; al contrario, lo considera hilarante y prueba de excelente gusto y finísimo humor. Y mandar el Reply a todos los destinatarios originales era aún mejor, una prueba de huevudez suprema. ¡Ja!...

Quién tuviera en sus manos tanto tiempo libre.