Tuesday, April 7, 2009

Hoy Hace un Buen Día.

Ésa es una gran canción de Fernando Delgadillo. También resume un poco mi mood de las últimas semanas, o meses. Son días chidos. Y no quiero referirme sólo al hecho de estar en lugares distintos, conociendo gente distinta y viviendo situaciones nuevas. En general creo que me siento mucho mejor que antes. ¿Mi adolescencia sobreemotiva ha terminado, y ahora seré una aburrida adulta contemporánea? ¿Me bajé para siempre de mi montaña rusa emocional?... Quién sabe.







No quiero aventarme tampoco el gran porro autosuperacional, pero realmente siento que en estos últimos meses, por jodido y Carlos-Cuauhtémoc-Sánchez-esco que suene (gran palabra), he madurado. He aprendido cosas que debía aprender. He desaprendido, también, cosas que debía desaprender. Y es que Yoda tenía un gran punto al decir: "You must unlearn what you have learned"...





Llevamos por ahí un proceso siempre inconcluso de aprendizaje, de crecer, de ver las cosas con otros ojos. Me alegra descubrir que me he vuelto un poco más capaz de dejar atrás las cosas que debo dejar atrás, (aunque a veces sucumba de vuelta y me dé lo que viene siendo la catarsis estúpida y emo); de dejar ir aquéllo que hay que dejar ir. Ya saben, gente llega y gente se va. Unos se quedan y otros no. Y nosotros no dependemos tanto de lo que nos pasa, sino de cómo reaccionamos a ello. De cómo lo vemos nosotros y qué decidimos obtener de cada cosa.


Creo que, si me está dando mi hora de reflexión profunda, es porque en realidad éste post estaba pensado para convertirse en mi Gran Reflexión de Inicio de Año; como aquélla que hice al iniciar el 2008 y que fue grandiosa porque justo acababa de vivir cuatro intensos meses de fiesta, perdón, intercambio en Lincoln y sobre todo estaba recién desempacadita de un viaje a Sevilla, que fue más espontáneo que sus muertos tó, como dirían los sevillanos mismos. Tenía mucho qué contar en aquél entonces.



Ahora tengo tanto o más que contar, lo que no tengo es tiempo, y creo que éso explica la aparición de éste Post hasta inicios de abril. Pero lo tenía planeado ya, todo fríamente calculado.
Viendo hacia atrás me doy cuenta de lo ¿gracioso? ¿curioso? ¿predestinado?, que resulta el encontrarme viviendo por un rato en Suiza, un país que siempre me llamó poderosamente la atención, por razones que hasta la fecha no me explico (¿destino?... Yo creo más bien poco en ésas cosas...). Desde el 2004, cuando estuve estudiando en Francia, Suiza me llamaba, no hay otra palabra para describirlo. Serían los quesos, sería el fondue, las montañas, las vacas, los bancos, los relojes, el chocolate, una buena amiguita suiza que tuve por aquéllas fechas y a quien nunca se me hizo visitar, yo qué sé. Pero me llamaba, sentía que algún día tenía que ir. Si tú preguntabas: ¿qué país es el que más te gustaría visitar?, la escuincla contestaba: "Suiza y Grecia", dos opciones convencionales y nada exóticas en opinión de muchos (muchos que más bien hubieran contestado Tailandia, Egipto, India, Japón). Obviamente yo nunca jamás había puesto los pies en Suiza, y mis amigos franceses me decían que me estaba "haciendo películas en la cabeza" porque en Suiza sólo había frío y gente parca y realmente no tenía mucho de fascinante. Hoy, plantada en Ginebra con la OMC y la ONU, y en medio de bellísimas montañas como para hacer un mural, no puedo sino expresar mi desacuerdo. El lugar es bello. Ginebra suda organizaciones internacionales y derechos humanos, que se me convierten poco a poco en una especie de vocación revelada. Se va el invierno y el lugar está retacándose de flores. Ir a esquiar en lohs Alpehs Suizohs deh verdahd, ver ésos paisajes y escuchar ésos sonidos que hay allá arriba en medio de la fuckin´nada, no tiene precio.
Pero todo éso no es el punto: simplemente, se me hace curioso que Suiza siempre me llamó, y cinco años después, heme aquí. ¿Será Eeeeeeeel Seeeeecreeeeetoooooo de la atracción?... Qué importa, so Sweet Zerland.




En fin. Tampoco digo que ha sido gracias a los Alpes, pero insisto, de unos meses para acá me siento diferente. En cierto modo, más libre. En parte gracias a lo que he desaprendido y dejado ir, como puse allá arriba. No dar las cosas por sentado, me estoy dando cuenta, es una gran clave a la... no me atrevo a decir "felicidad", que se me hace una palabra un poco sobrevalorada y a la vez simplista, pero podría ser alegría, tranquilidad. Y si no fuera alegría o tranquilidad, mucho se le parece.
Como dirían los Beatles. Let it be. Aligerémonos un poco ésa enoooorme carga de pasado.

Es chistoso, por ejemplo, cómo hay infinidad de libros y revistas dedicados a explicarte cómo "tener éxito con ésto y con lo otro"; con el trabajo, el jefe, la cocina, los hombres, la mamá, la suegra, los filetes de jaiba. Y no es solamente porque detesto el género de la superación personal; pero de alguna manera me he dado cuenta de que resulta algo más importante tener éxito con uno mismo. Y todo lo demás llega, solito o invocado.

En fin, creo que ya fue mucho pericazo poético por hoy. Bajé más canciones de Manu Chao, y lo sigo amando como el primer día. Ahora leo: "Q & A", un libro que me prestó mi súper dúper amigui/novio/relación difusa de por estas tierras; es el libro en el que está basada la película de Slumdog Millionaire. Voy empezando, pero promete ser un GRAN LIBRO. Y sigo tratando de acabar de fumarme "Guns, Germs and Steel", de Jared Diamond, uno de ésos libros que lo explican todo. De verdad. Todo. Todo lo que no saben acerca de la civilización humana y el curso de la historia está ahí, en 440 páginas de sapiencia destilada.



Lo puso Isabel Allende en uno de sus libros: "No se va a ninguna parte en la vida, se camina nomás". Hay todavía muchísimo, quiero suponer, que no sé y que debo seguir aprendiendo. Tal vez, con suerte, nuevos aires qué probar.
Yo no sabía, por ejemplo, que Paul Simon y Art Garfunkel hicieron una vez su versión anglosajona de la canción "El Cóndor Pasa", y que es una canción bella con una letra bella. Qué tristeza que ninguna de las tropecientas letras en español (la original es en quechua), quedó a la altura de ésta hermosura simple. Por una vez, el cover/remake/reinterpretación, superó a la original. No hay otra mejor para el mood de hoy, libre y alivianado. Dice mucho en muy poco.

I'd rather be a sparrow than a snail
Yes I would, if I could, I surely would...
I'd rather be a hammer than a nail
Yes I would, if I only could, I surely would...
Away, I'd rather sail away
Like a swan that's here and gone
A man gets tied up to the ground
He gives the world its saddest sound
Its saddest sound
I'd rather be a forest than a street
Yes I would, if I could, I surely would...
I'd rather feel the earth beneath my feet
Yes I would, if I only could, I surely would...

Y para adornar el post, impresionantes imágenes de un tal Julian Breaver, que me acaban de hacer el favor de mandarme en una cadenita de e-mail. Friggin´ breathtaking. Y qué miedo con ésta última. Me va a causar una pesadilla triple.