Monday, October 16, 2017

Acoso sexual: a mí también me pasó.

Si todas las personas que alguna vez han sido sexualmente acosadas, hostigadas o abusadas, hablan de ello o simplemente dicen "a mí también me pasó", más gente podrá darse cuenta de la magnitud del problema.
Yo iba viajando en un autobús de carretera, de San Luis a Saltillo, cuando un tipo - quien por cierto, viajaba con su esposa y su hija bebé - se cambió de asiento para quedar más cerca de mí. Poco después empezó a tocarse, luego se sacó el miembro y se masturbó abiertamente.
Si hablamos de acoso o abuso sexual, entre las víctimas también hay hombres, no sólo mujeres. Y entre los abusadores también hay mujeres, no sólo hombres. Pero eso no niega la tendencia general de que las víctimas son *generalmente* mujeres, y los perpetradores son *generalmente* hombres, ambos en forma desproporcionada. Algo tiene que cambiar.
Tras varios minutos "lo único" que me atreví a hacer fue cambiarme de lugar. Y suerte que pude, porque en todo el autobús sólo había un lugar vacío lejos de él.
Y eso es parte del problema: yo dependí de la suerte bruta de poder alejarme de la situación, mientras que él pudo quedarse tan campante en su lugar, literal y metafóricamente hablando. Igualito les pasa a muchas en sus empleos, y no pueden alejarse a ninguna parte.
No podrán, mientras el mundo las siga viendo como "carne" y no como personas; como objetos sexuales puestos en el mundo para que otros se masturben.
Mi primera reacción fue de mucho miedo. Mi primer instinto fue: "¿y si intento decir o hacer algo, y él viene armado?"...
Y eso es parte del problema: que haberle visto el pene a un tipo en un autobús, podría haber sido "tan sólo el principio" de una larga lista de posibles violencias. Es México y todo puede pasar.
Tras mucho dudar denuncié ante Grupo Senda, cuando el autobús hizo una pausa en Matehuala. Lo que después pasó fue una gran dosis de absolutamente nada.
Y eso es parte del problema. No tengo que explicar por qué.
A veces me acuerdo y estoy tentada a pensar que "fui tonta". Me da por fantasear con ese momento de heroísmo que nunca fue, ese en donde yo le tomaba una foto ruidosa y luego la subía a Twitter entre risas histéricas, o le gritaba algo bien astuto como: "¡¿Así de chiquito lo tiene, SEÑOR?!... ¡Jajaja!".
Y eso es parte del problema: que yo soy la que siento "tipo culpa" por no haber hecho "algo chido". Él ni se ha de acordar. Seguro yo no fui la primera ni la última. La siguiente pudo ser una niña de siete años. La siguiente pudo ser su propia hija. Y si no se hubiera tratado de un autobús lleno a las tres de la tarde, la historia podría haber sido horrenda. Espero que nunca en ningún Universo, nadie le reproche a una niña violada el que no se convirtió de pronto en Batichica y no hizo "algo chido" como entrar a las patadas con alguien mucho más grande y fuerte.
Yo soy la que lo conserva en la mente, en mi archivo de recuerdos repulsivos; él no me tiene a mí en su mente. Tiene a la próxima infortunada que se le sentó cerca.
Dudé en publicar esto, porque me da por pensar que "bueno, eso ni fue nada", "me pudo ir mucho peor", "no me pasó nada". Y no, estrictamente hablando "no me pasó nada". No se lo conté a mis papás. Pensé: ¿para qué?
Y eso es parte del problema: que a mí me da pena publicar esto, y a él no le dio pena masturbarse en público. Quién sabe cuáles pequeñísimos cambios en el contexto, le habrían hecho sentirse animado a ir por más. Yo soy la que se pone a analizar si "hubo un daño real", o qué tanto fue tantito. ¿Fue acoso, hostigamiento o qué fue? ¿Haber estado diez centímetros más cerca de mí, ya habría calificado como "daño"? ¿Eyacularme encima ya habría sido claramente "hostigamiento"? (les ha pasado a muchas en el Metro). ¿Tocarme la pierna habría sido acoso?... Yo analizo todo esto y él no analiza nada, no hace falta porque para él esto no es nada. Mi instinto es minimizarlo y callarme, y buscar las maneras en que "no fue nada". El instinto de él es masturbarse en público cuando siente que "puede".
Yo me sentí vulnerable, asqueada y sumamente incómoda. Él probablemente se sentía "bien", lo que sea que eso signifique. Habrá muchos que minimicen lo que me pasó (no se molesten: mi propia mente ya lucha por minimizarlo, en un arranque de dignidad); o habrá quien le pase por la cabeza el absurdo de que éso "fue un cumplido". Y ESO es parte del jodido problema. Yo no disfruté que un tipo se masturbara junto a mí: me recordó que soy vulnerable.
Ése es el problema. Yo vivo con miedo de que me violen. El miedo no me detiene de vivir mi vida, pero existe. Él, y otros hombres, podrán vivir con otros miedos muy legítimos, pero no creo que muchos compartan éste en específico. Es JUSTO el problema del que estamos hablando.
Dudé en publicar esto, porque me dio por pensar que yo "tuve suerte" de que me pasó "ya grande". Que a nadie le quepa la MENOR duda de que esto mismo les pasa a niñas de cinco años, de ocho, de trece.
Y eso es parte del problema: que a casi todas las mujeres que tú conoces, les ha pasado, y es más, a muchos hombres también. No te lo dicen, por vergüenza o miedo o asco, por no perder su reputación o empleo o cualquier otra cosa a la que se estén aferrando. Y eso es parte del problema.
Si tienes una hija, la pregunta no es "si un acoso sexual le irá a suceder o no". La pregunta es "cuándo le va a suceder". Es muy jodido que yo me considere "afortunada" porque "sólo" me pasó eso; y porque no me pasó "sino hasta que" yo ya era una adulta bajo cualquier definición existente. Tienen menos "suerte" las que les pasa a los siete. Tienen menos "suerte" las y los que sí son tocados o violados, y que nunca vuelven a ser los mismos; y que encima de todo, tienen que bancarse el desprecio de una sociedad jodida que sólo les sabe decir "pues tú te lo buscaste... Aunque sea un poquito, ¿no? ¿No te gustó toda esa atención?"

Ya no sigamos fingiendo: aquí tenemos un problema cultural enorme. Y publico esto, por si al menos una víctima, mujer u hombre, lo ve y dice: "vaya, no nada más me pasó a mí".









Thursday, September 15, 2016

De familias y naturalezas

Llevé a un amigo a visitar mi tierra natal, San Luis Potosí, y vivimos juntos el bochornoso incidente de ir a caminar a la Plaza de Armas cuando de pronto, ahí y en ese momento, nos salió al paso la "Marcha por la Familia Natural", es decir, concretamente la protesta (una de tantas) organizada por quienes se oponen a lo que (con otro eufemismo) se conoce como "matrimonio igualitario": la idea de que las parejas homosexuales puedan casarse y adoptar hijos. Yo sólo quiero decirles algunas cosas a esos marchistas, en un espíritu democrático de diálogo amistoso y de pleno respeto. En la marcha usaban un término que me pareció curioso, uno que mis antenas de vinil de "científica social" no pudo dejar de notar. Hasta lo traían estampado en camisetas: "MATRIMONIO NATURAL". Pero la seudoantropóloga que habita en mí - el seudo es porque en realidad soy una internacionalista medio metida a socióloga, pero si ellos pueden opinar yo también - tiene que decirles, urgentemente, algo muy importante.

Amigos, no existe tal cosa como un "matrimonio natural". El matrimonio en sí mismo es una institución innatural, es decir, es lo que conocemos como una construcción social, uno de nuestros términos preferidos para explicar por qué entre humanos todo es natural pero a la vez todo es construido. No existe el matrimonio natural porque, el matrimonio, en sí mismo, de por sí, per se, de suyo, es una institución socialmente construida. Es más, en la propia Biblia - que tanto les gusta citar - se mencionan innumerables casos de familias constituidas de una manera muy distinta: familias poligámicas. Y es que, si nos queremos ir a lo "natural" en un sentido antropológico; durante miles de años la forma familiar más común en tribus humanas, tanto primitivas como no (para ejemplos actuales tenemos a ciertos grupos de mormones, de musulmanes y otras sectas cristianas), la más "natural", era y sigue siendo la poligamia. Esa sí que es natural. En tribus primitivas lo común era que muchísimos varones murieran en guerras, en pleitos tribales y en combates unos con otros. Así que una forma de familia verdaderamente "natural" sería entonces: un hombre, muchas mujeres, muchos hijos.

Mi punto es que querer usar "la naturaleza" como fuente argumental o como piedra angular discursiva es confuso en el mejor de los casos y escabroso en el peor. Aquí habría que hacer distinción entre grupos distintos de personas que quieren decir diferentes cosas al hablar de "naturaleza". Algunos se refieren al hecho de que para tener hijos biológicos se requiere la unión de un óvulo y un espermatozoide para formar un hijo, y de ahí emprenden la maroma mental aventuradísima de concluir que entonces sólo papá, mamá e hijitos "son familia". Si ese es el caso, permítanme entonces aclarar - como lo hizo hace mucho Sabina Berman en su artículo "Sólo mi familia entrará al paraíso" que pueden encontrar picando aquí y buscando la página 53 - que entonces la gran mayoría de las familias en México no son familias, por ejemplo mamás solteras o papás solteros no son familias, ni viudos o divorciados con sus hijos, ni los abuelos/tíos/sobrinos/nietos viviendo juntos son familias. También hay gente que se casa sin el propósito supremo de tener hijos... ¿y?

Otros, al hablar de "naturaleza" se refieren al reino animal, y entonces empieza una discusión que me encanta y que empieza cuando los opositores al matrimonio homosexual dicen cosas como "hasta los animalitos saben que los machos se cruzan con las hembras" o "¿cuándo has visto a dos perros machos juntos o dos gatas hembras juntas?". Yo me trueno los dedos con placer morboso y digo algunas cosas. Por un lado, lamento reventar su burbuja pero sí, el comportamiento homosexual  existe en el reino animal. Existe en docenas de especies, y no hay un "por qué", en el mundo muchas cosas no tienen un "por qué". Por el otro lado, querer defender alguna cierta moral usando a "la naturaleza" es delicado porque en la naturaleza suceden cosas horribles. En la naturaleza hay padres que se comen a sus crías (¡infanticidio!), animales que copulan con sus padres o hermanos (¡incesto!), y no veo a los pronaturaleza defendiendo eso, ni por el contrario tratando de alegar que "no es natural" (¡porque sí lo es!). En la naturaleza hay especies que matan por placer y hasta especies que se matan unas a otras en el útero. ¿Sabían que hay yeguas que pueden elegir abortar a sus crías? ¿Sabían que hay leones machos que derrotan a otros leones machos y que, tras la victoria, matan a las crías del vencido? ¿Sabían que los tiburoncillos se pueden comer a sus hermanos en el útero materno?...

Mi punto es que no todo en la naturaleza es hermoso, ni defendible, ni algo a lo que debamos querer aspirar. De hecho, he oído a gente decir cosas que van sobre la línea de que en la naturaleza los machos se cruzan con hembras y luego nacen crías a quienes esos padres defienden con todo su ser, "¡¡hasta los animales mamíferos (perros, gatos, monos, qué sé yo) son mejores padres que nosotros!!"... Bueno, la verdad es que no siempre ocurre así. Los animales mamíferos son excelentes padres siempre y cuando la cría nazca sana. Entre animales, de hecho "lo más natural" es que si una cría nace enferma o muy débil, se le abandone para que muera, porque de lo contrario gasta recursos y energías que otros en la manada requieren para sobrevivir. Uno hasta diría que en la naturaleza pasan cosas inhumanas o que lo humano no siempre es natural y lo natural no siempre es humano. Entre animales jamás habría existido una beneficencia pública ni algo parecido a un Teletón. (¡Ley de la Selva!)

Thursday, August 7, 2014

Nadie te merece

(Mi contribución a la Revista Mujeres, edición Septiembre 2014).

Decidí que la palabra “merecer” me parece una de las más huecas y estériles del idioma español y en realidad de cualquier idioma. Creo la palabra “merecer” sólo tiene significado real y concreto si hablamos de un contexto estrictamente reglamentado o legislado; por ejemplo un deporte o la impartición de justicia. Si un equipo mete más goles entonces “merece” ser el campeón; en el basquetbol algunos tiros “merecen” más puntos que otros; y quien robe o defraude “merece” un castigo legal. Sólo en esos contextos la palabra puede significar algo realista.
Porque, veamos, ¿en qué otro contexto tiene trascendencia real esta bendita palabra?... En todos los demás se tratará casi siempre de un juicio de valor, una opinión subjetiva; o en el mejor de los casos, un deseo moral o una aspiración de justicia social (o de cualquier otra índole), un anhelar o apelar al karma. Es una palabra que aparece en frases como por ejemplo, si digo que “ningún niño merece perder a su padre”. Es cierto, creo que todos estamos de acuerdo en que ningún niño lo merece. ¿Pero quién hace esa justicia? ¿Quién se encarga de que esas cosas en verdad sucedan o no?... Y por supuesto habrá contextos donde el significado de “merecer” quede mucho menos claro o sea sujeto a mucha más controversia. Una cosa es decir que ningún niño “se merece” ser huérfano, pero otra distinta es decir que todos los niños “merecen” tener los mejores juguetes. Luego hay hasta comerciales que pretenden hacerme creer que “me merezco” el mejor shampoo del mundo… O sea pero, ¿lo “merezco” según quién? ¿Según las leyes de cuál estado, el juicio justo de cuál deidad o las reglas de cuál deporte?... Supongo que la confusión surge porque la palabra “merecer” la usamos por igual para referirnos a veces a derechos y a veces a privilegios (¡y a veces a castigos, kármicos o no!). ¿Realmente “se merece” alguien algo que no es esencial para su supervivencia, ni para su bienestar emocional? ¿Y quién decide cuál es la frontera exacta entre derechos esenciales y privilegios vanos? ¿A cuántas personas no conoces tú, que han tenido en esta vida muchísimo menos o muchísimo más de lo que a tu juicio “se merecen”?... Ahora bien: los deseos morales, las aspiraciones de justicia, los anhelos y llamados al karma no tienen nada de malo, nos hacen humanos; con ellos construimos nuestra moral propia y con ellos vamos por esta vida tratando de hacer el bien al modo como mejor lo entendemos. Pero eso no le quita lo subjetivo y endeble a la palabra.




Merecer” me parece una palabra especialmente hueca si se habla de relaciones sentimentales. Mucha tinta se derramó en la blogósfera gringa después de los ataques asesinos del misógino y pedante chico Elliott Rodger contra mujeres y hombres; a ellas porque le habían negado el sexo y noviazgos y felicidad que él “se merecía”, y a ellos porque lo ponía rabioso ver a otros hombres “tener” a mujeres que “no se merecían”. Esa tinta ponderó a morir sobre el sexismo, la “objetificación” de las mujeres; y lo que los gringos llaman “la cultura del entitlement”, término que desgraciadamente no tiene un buen equivalente en español. “Entitlement” significa precisamente, asumir que uno se merece algo, que cierta cosa es su “derecho”. Y descubrieron con pavor que millones de chicos, adolescentes y hombres – pero yo en el fondo sé que también muchas mujeres – están acercándose a las relaciones amorosas con la mentalidad de “yo merezco”. Soy el héroe de mi película y por lo tanto, merezco a la chica o chico trofeo. Eso es completamente tóxico. ¿Quién no ha oído frases como “te mereces a un hombre así o asá”, o “él merece casarse con una mujer muy buena”?... A ambos sexos nos haría bien si un día nos llegara la claridad de que nadie nos merece. Querido, querida, nadie “te merece” porque tú no eres un objeto, eres una persona y no un elemento de utilería en la película de alguien más. Pero tú tampoco “te mereces” a nadie, porque nadie “te debe” a su persona como premio por ser tan buen@ y guap@. Todos los demás tienen sus propios deseos, anhelos y decisiones que no tienen qué ver contigo, y que pueden o no encajar con tu vida y tus planes. El amor es simplemente algo que cada quien decide libremente dar o no dar a alguien más, y no hay árbitro cósmico que esté contando los puntos. Puede haber quien piense que tú te mereces una relación sentimental buena o terrible, pero hay tres problemas: 1) Es un juicio subjetivo y personal, 2) No hay ninguna autoridad kármica que pueda garantizar que eso suceda y 3) Podrás “merecer” una relación como cosa abstracta – siempre en la subjetiva opinión de alguien –, pero no puedes “merecer” a una persona concreta porque eso sería verla como un objeto que existe para tu premio o castigo. Claro que hay altas probabilidades de que uno llegue a donde su camino de crecimiento personal y de intercambio afectivo con otros le lleve; pero de ahí a declarar que alguien “se merece” una relación o “se merece” a otro, media un enorme abismo de entendimiento y de madurez. 

Wednesday, February 6, 2013

La rara victoria de los Derechos Humanos



Mi contribución mensual a Revista Mujeres. Las ediciones pasadas, aquí: 
http://www.revista-mujeres.com/
=)



Hoy todo mundo habla de “Derechos Humanos”. Nos interesan los derechos humanos; lo confuso es que a veces, ambos lados de los debates contemporáneos más sensibles (clarísimo ejemplo es el aborto, o el choque entre el derecho a la privacidad y el derecho a la seguridad pública) dicen tener de su lado los Derechos Humanos. Dice A. Clapham que “hoy pasa muy poco tiempo antes de que un problema social, el que sea, se exprese en términos de derechos humanos”.

            Pero como sucede con toda repetición, amenaza con perderse de vista tanto el significado como el origen del concepto. Históricamente, se trata de una idea muy reciente. Hace apenas pocos siglos que surgió (unos dicen que con la Magna Carta en Inglaterra, otros que con la Revolución Francesa) la idea extraña de que yo puedo tener derechos inherentes, sólo por existir. Hoy en día hay controversia entre derechos que parecen chocar unos con otros, ejemplos abundan y nos dan tela para meses de debate: el derecho a la salud vía medicinas gratuitas contra el derecho a la propiedad intelectual; el derecho a la privacidad contra el derecho a la crítica pública… 
U otros que parecen plantear más preguntas de las que resuelven: Si yo tengo derecho a la alimentación, ¿significa que mi gobierno tiene la obligación de alimentarme?... Si tengo derecho a una casa, ¿quiere decir que alguien me la debe regalar, puedo exigirla?... (A un inglés se le ocurrió que no sólo debería haber derechos, sino también Obligaciones Humanas). 

Es mucho más sencillo cuando hablamos de prohibiciones absolutas; y hasta donde sé, sólo existe un ejemplo en el que todos los gobiernos del mundo, al menos de dientes para afuera, más o menos están medio de acuerdo: en Derecho Internacional, todos están de acuerdo en la prohibición absoluta a la tortura (con la pena de muerte aún no se logra el mismo consenso). Ahí es fácil porque lo único que el resto de la Humanidad tiene que hacer, es no torturarme. Pero cuando hablamos del derecho a la salud o a la alimentación, por superado que parezca, el tema es polémico porque entonces entra la pregunta de si alguien más debe darme los medios, o al menos la oportunidad de que yo me los gane con trabajo (y el derecho al trabajo es otro debate).



Aún más extraño es estudiar la historia de cómo los Derechos Humanos llegaron a existir por escrito. M. Mazower, en su artículo cuyo título parafraseé yo en el mío (The Strange Triumph of Human Rights), nos cuenta que no todo fueron buenas intenciones: en realidad los gobiernos, tras la Primera Guerra Mundial, empezaron a hablar de “Derechos Humanos” porque su intención era restarle importancia a los derechos de las minorías, que habían sido el tema hasta entonces – en la Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin, y Europa en general, lo preocupante era el pésimo trato que se daba a muchas minorías. Pero el propio EUA (con su atroz segregación racial), y los países que poseían colonias (como Inglaterra), no querían que se les criticara su trato a las minorías; prefirieron hablar más vagamente de “Derechos Humanos”, creando una institución que tuviera un poder legal casi nulo (la ONU), y una Declaración sin “dientes” jurídicos. Hoy, sin embargo, este cambio tramposo puede haber sido un triunfo – pues hablar de Derechos Humanos en lugar de “minorías” nos permite ocuparnos, por ejemplo, de las mujeres y niños – que juntos forman una mayoría cada vez más consciente de sus derechos. 

Tuesday, January 1, 2013

¿Y a dónde se fue la “Obamanía”?


            Nos tocaron en 2012 dos elecciones “fundamentales”: la mexicana y la estadounidense. Para la mexicana me tocó estar en México (sí, claro que voté). Para la de EU me tocó estar fuera del continente, se dio la ocasión de que varios amigos gringos me invitaran a una “fiesta electoral”: mientras los Estados iban anunciando uno a uno sus resultados rojos y azules, nosotros, a siete husos horarios de distancia, aguantábamos horas de nuestra madrugada comiendo botanas y viendo la pantalla. Al día siguiente un maestro del posgrado nos preguntó retóricamente, refiriéndose a la victoria de Obama: “¿es ya el mundo un lugar mejor?”

            Viniendo de él, un historiador respetadísimo y convencido de que en la Historia ya nada es nuevo; la pregunta es una burla, por supuesto. Él cree (y yo también) que la victoria de Obama no cambia gran cosa, ni en Estados Unidos ni en el mundo: un imperio no transforma, no puede transformar, las generalidades de su modus operandi de la noche a la mañana tan sólo porque Obama está ahí o porque sea del color que sea. Ahora no puedo evitar dudar que un solo individuo pueda traer cambios radicales, para bien o para mal, a su país (al menos cuando se trata de una democracia moderna). Pero me vienen a la mente imágenes que se vieron cuando Obama ganó por primera vez, hace cuatro años: mucha gente (afroamericanos sobre todo), llorando de auténtica felicidad ante el nuevo mesías, ante el “cambio verdadero”. Algo parecido pasó en México con seguidores de, por ejemplo, López Obrador. México se polarizó entre quienes lo veían como ángel impoluto y salvador, y quienes encontraban en él al mismo diablo. ¿Por qué nos es tan difícil encontrar un punto medio?... Desde kínder nos deberían enseñar que nadie es tan bueno ni tan malo, y sobre todo si se trata de políticos. Todos los dirigentes políticos hacen algunas cosas muy bien y otras muy mal, así es la vida. Salvo excepciones que se puedan ir al extremo de hacer muchas cosas muy bien y sólo poquitas muy mal, o viceversa; pero la cosa nunca es toda negra ni toda blanca. Como bien dicen, cada pueblo va a tener el gobierno que se merezca. Pretender que un presidente distinto lo resolverá todo, es iluso, por no decir irresponsable y mediocre.



            Algo que a Obama en particular no le ayudó hace cuatro años, fue precisamente el tener que responder a tan exageradas expectativas. La gente sólo vio el color de piel de su nuevo rey y se agarró a llorar de la felicidad; olvidándose por completo de que hoy en día las democracias, supuestamente, se supone, que están diseñadas precisamente para que un solo individuo no tenga el poder de alterar el destino de un país; la idea es justamente que no haya “reyes” sino que el poder esté repartido (tanto en México como EUA, deberíamos prestar harto más atención al asunto de quiénes están diseñando las leyes, es decir, el Senado). Recuerdo una presentación que me mandaron cuando Obama ganó en 2008; acerca de su vida, su familia, su trayectoria. Salpicada de poesía y música inspiradora y frases como “Brisas de esperanza. Amanecer de una nueva era, conforme afirman muchos”. ¿”Nueva era”, en serio?... Mi profesor se reiría hasta cansarse y nos recordaría que muy poco ha cambiado en cuanto a política exterior estadounidense en los últimos setenta años. Como cualquier otro líder y ser humano, Obama sin duda ha hecho cosas bien y cosas mal. El problema de endiosar a un individuo y poner ese tipo de expectativas, es que cuando llegan los primeros errores la gente se lleva tremenda decepción. Alguien tiene que decirles que el sistema está diseñado justamente para que un solo presidente no tenga el poder de cambiar gran cosa

Luego vino el asunto del Premio Nobel de la Paz, y la discusión de café acerca de si Obama lo merecía o no. Yo en lo personal opino que, tal vez Obama como individuo no lo merecía, pero lo que él representa, sí. Después de todo, es el primer presidente negro en un país que, no hace mucho tiempo, todavía prohibía que los negros tomaran agua en los mismos bebederos que los blancos. Se trata de una imagen, un premio simbólico. Obama como persona quizá no; pero lo que él históricamente representa, claro que merece un premio Nobel. Simplemente la ruleta de la vida lo señaló a él, porque el concepto abstracto de “la igualdad” no puede pararse en el pódium a recibir el Nobel, así que alguna cara tenía que tener. Al margen de qué tan buen o mal presidente sea (eso no lo discuto aquí), debemos celebrar que la Historia sigue su curso, las luchas por los derechos no pueden ser detenidas, y ahí lo tienen, un presidente negro tan sólo medio siglo después de Luther King. 




Thursday, November 1, 2012

El Saucito y la tristeza prestada.




Ése lugar que se ve en la foto es el cementerio del Saucito, en San Luis Potosí. Es un lugar, en mi opinión, tan peculiarmente feo, que llega a tener su propia belleza. Se está quedando sin espacio, algunas tumbas están prácticamente encima de otras. El piso es de tierra, quiero decir sin pasto, en la casi totalidad del lugar. Pasan en bicicleta muchachos encargados de transportar botes con agua, para las flores, supongo. Pasan haciendo su ruido natural de bicicleta sobre piedras y, aunque sea mediodía, es bien tétrico. Bien serenamente tétrico. 

Se nota en muchas tumbas el descuido, el abandono. O la pobreza. Tiene varias secciones, distintas unas de otras. Están por ejemplo las "tumbas familiares", o no sé cómo las llamen exactamente. Algunas de ellas son verdaderos mini-monumentos de lujo arquitectónico, donde te puedes topar con uno que otro personaje histórico o celebridad local. Y su esposa y allegados.

Pero la sección que me rompe el corazón es particularmente ésa de la foto, la sección de los niños. Toda un área llena de crucecitas, de diminutivos y rehiletes que giran aunque el viento sea levísimo, de jueguetitos desteñidos por el sol. De fechas demasiado cortas: seis meses, dos días, tres años. ¿Quién diablos podría soportar ver morirse a alguien de tres años?

Los versículos bíblicos repetidos. Cartas, mensajes en piedra. Verdaderos mini-mausoleos con toques de originalidad; hechos con escuincles en la mente, pintados como castillitos azules o rosas, con personajes de Disney y Hombres Araña chuecos. Globos y más juguetes y guirnaldas rotas y angelitos despintados por el tiempo. Nombres. Muy contadísimas fotos. Nombres de personitas que recibieron como último regalo de su papá y su mamá un mausoleo con caricaturas. 

Podría retar a cualquiera a que se pasee por ésa área y no sienta ganas de llorar. Caminen leyendo los nombres, despegándose la hierba seca del pantalón. Si quieren darle un efecto más severo y llorar de verdad, pues no sé, escuchen en el iPod alguna canción triste. Puede ser, yo qué sé, "Tears in Heaven" o "Fields of Gold", pero éso es muy extranjero. Otra opción es buscar una canción local para darle la sensación de mexicanidad y aludir al Día de Muertos que es hoy. Si quieren algo verdaderamente triste, hay una tal Claudia "Tonana" Martínez que tiene una canción como que oaxaqueña (a mí me suena muy "del sur") específicamente dedicada a un niño fallecido, y que es demasiaaado innecesariamente desgarradora. Si alguien logra pasearse por ese lugar escuchando esa canción y no siente tantitas ganas de echarse a chillar, en verdad tiene el corazón hecho de hígado encebollado con ajos fritos. 

Cuento todo ésto, no por seudo depresión caguengue innecesaria, claro que no. Antes de venir a vivir al extranjero, me sentía yo nerviosa, ansiosa, cargada de energías raras. Normal, me imagino, para quien está a punto de dejar su país por un buen rato. A veces siento que el llorar por algo me deja limpia, más nueva, más liberada. Si estoy triste por algo en particular, funciona; y si no, también funciona. Así que fui una mañana de domingo al Saucito, el día antes de irme, me paseé por el lugar, escuché la canción y dejé que me sacudiera la tristeza prestada de muchas madres y muchos padres que un día tuvieron que caminar entre estas tumbas con un dolor que yo no me puedo ni imaginar. 

Es egoísta de mi parte, pero funciona. No soy tan soberbia como para pretender decir que "me imagino" lo que estará sintiendo un padre o madre que trae a su niño aquí. No puedo ni imaginármelo. No quiero ni imaginármelo y ojalá que la vida nunca, nunca nunca me ponga en ese lugar. Por eso son sólo lágrimas prestadas que yo simplemente uso como ritual de higiene emocional. No es más que eso. No siento tristeza, simplemente me hace bien tomar la ajena en algunas raras, contadas ocasiones, porque después, al salir de ahí, me siento sentimentalmente limpia. 
Me dan ganas de sonreír tan sólo de agradecimiento de que nunca he sentido algo así. Me dan ganas de sonreír porque la tristeza que siento en éste lugar no es propia. Sonrío porque estoy teniendo la oportunidad de vivir fuera, estudiando algo que siempre quise, libre de muchas cosas. Viendo volar el globo. Gracias Universo porque no he sentido nunca lo que sintieron ésos padres.  


Claro que tengo mi gente que se me ha ido, gente muy querida; pero hasta ahora ninguno ha emprendido el último viaje a una edad infantil. La más nueva de mis personas espirituales es Doña Rebe, la querida mamá de una querida amiga a quien desde hace tiempo le tenía pensado escribir alguna pequeña cartita de memoria, pero mi limitado tiempo (prestado también) de estudiante ha sido la nueva excusa. Perdón Doña Rebe. Aquí queda la constancia de que pienso en usted y de que la quiero mucho. Allá en otro Universo usted ya está libre de los dolores gachos que le tocaba aguantar de éste lado. Siempre me acuerdo de las primeras veces que fui a visitarla a su casa y de cómo le gustaba la compañía de todo el mundo... de la vez que le fui a comprar una torta de lomo a los locales de afuera del departamento... y de la otra vez que tuve la oportunidad de bajar a comprarle también la medicina porque la pierna le estaba doliendo horrendamente. Siempre con su cigarro, con su fortaleza y sus bromas. Ojalá yo sea la mitad de fuerte que usted cuando me toquen los reveses de la vida. Y por cierto, nunca tuve oportunidad de decirle que la primera vez que oí su voz por teléfono, se me figuró que era una voz igualita a la de Chabela Vargas.  
=)

Thursday, March 8, 2012

¿Quieren celebrar el Día Internacional de la Mujer?...

... O más bien están de acuerdo conmigo en que:


- Esa broma sólo sirve para mandar el mensaje velado de que el resto del año será Día Inter-universal del Hombre, para que puedan seguir usando de tapete a las que se dejen. Les hacemos caso un día, todo igual en los demás. Buen negocio.


- Si verdaderamente hubiera igualdad entre hombres y mujeres, celebrar un "Día Internacional de la Mujer" sería muy idiota, por no decir ridículo. ¿O existe un día del año para celebrar a los de ojos negros, y otro para los de ojos cafés?


- El "Día Internacional de la Mujer" refuerza la visión retorcida que nos ha llevado a estar detrás de las puertas: que las mujeres no somos humanas, sino una especie de cosa aparte.


- Puede sonar muy cruel, pero las celebraciones de éste tipo son sólo un triste recordatorio de que el resto del año nadie pela ni aprecia demasiado al objeto de la celebración. Es como un "sí, sí, ya te vimos, qué bonita". Los hombres blancos heterosexuales físicamente íntegros de entre 20 y 60 años de edad con un trabajo bien remunerado, que son el único segmento de la población que NO pertenece a ninguno de los llamados "Grupos vulnerables", no necesitan un día para celebrarse, y eso es porque pueden hacer lo que les dé la gana. Todos los demás tienen que contentarse con su "celebración" de a tres varos.


- Me siento tarada si me felicitas cada 8 de marzo porque nací mujer. Te lo juro: yo no elegí nacer con una vagina. No fue un castigo, pero tampoco un premio. No la tengo porque saqué la calificación más alta, ni porque llegué primero a ninguna parte. No voté por ello, no hice campaña, no tiene ningún mérito, no la diseñé yo, no la solicité ni hice trámites, simplemente es y ya. No me malinterpreten: nacer hombre tampoco tiene por qué ser motivo de felicitación. Lo que quiero decir es: felicítame cuando haga algo bueno, lo demás no me sirve. Felicitarnos por haber nacido mujeres suena como a que es un logro o una carga exitosamente sobrellevada, cuando en realidad no es por sí mismo nada de eso. Reitero: si existiera la igualdad, si ser hombre o mujer no influyera para nada en el éxito que pueda tener una persona, si no tuviera nada qué ver con lo chida que una persona pueda llegar a ser, esto sonaría superidiota.


- Ya basta de celebrar el logro de alguien más, a quien ni conoces, sólo porque pertenece a tu país, tu escuela, tu sexo. Es mediocre porque no se trata de TU logro, ni el de alguien de tu familia; cuando te concentres en los tuyos ahí sí tendrás algo qué celebrar. Sí, honestamente, a mí también me da gusto que Juana de Arco haya liberado Francia, que Marie Curie haya descubierto la radioactividad, que Sor Juana era una poeta chingona y que Michelle Bachelet fue presidenta de Chile; pero lo que quiero decir es que, el día en que el triunfo de una mujer sea algo perfectamente normal, no encontraremos motivo razonable para adjudicarnos los laureles de otra. Obtén tú los tuyos. ¿Juanita Pérez se volvió rectora de Yale? ¡Bravo por ella! ¿Por qué no te vuelves tú rectora de alguna otra cosa?... Y no lo digo por ardida. Lo digo porque tú podrías también hacer algo así; en lugar de considerar como plan de vida serio el bordar calcetines y ver telenovelas por el resto de tus días. Es mejor idea, por lo tanto, reservar los cuetes y serpentinas para cuando seas rectora TÚ.


Espero que no malinterpreten mi post. Mujeres, sí, somos unas chingonas. Ya es hora de que salgamos y hagamos lo que se nos hinche el ovario, porque de que podemos, ya lo creo que podemos. A lo que voy es a ésto: celebrando esta ridiculez sólo perpetuarán la idea enferma de que, como somos desiguales, es hora de que nos hagan un poquito de caso. Oh, no. Chicas, TODOS los días son suyos porque entiéndanme bien una cosa: los hombres les tienen pánico, por eso las quieren tener guardadas. ¿Por qué crees que no te volvió a llamar jamás el monito al que conociste en el antro?... Porque no se atreve, tiene miedo de que una arpía con ideas propias y cerebro, como tú, lo pisotee usando sólo medio ovario. Sólo compréndelos.


Ahora que, si insistes en celebrar este día para reforzar la idea de que eres desigual y vulnerable, y ya te ofendiste porque yo no te felicité por tener endometrio, pues venga, vieja, ten un feliz día. Ya pensarás en mí cuando haya igualdad en serio, y ninguna de nosotras tenga para qué acordarse de celebrar esta pelotudez.


P.D. Sí, ya sé que se celebra el 8 de marzo por aquéllo de las trabajadoras asesinadas en una fábrica de no sé dónde. En todo caso debería conmemorarse lo particular, no lo absurdamente general. ¿O la hazaña de los niños Héroes se convirtió en Día Mundial del Hombre? ¿O del niño?... ¿Y el grito de Dolores convirtió a Miguel Hidalgo en ícono internacional para el Día del Hombre Calvo?... Chale. Este tipo de generalizaciones a la "wow, eran mujeres" espero que algún día luzcan absurdas.


Thursday, February 9, 2012

¿"Su gallo es gallina"?

Amigos panistas, que yo no lo soy, pero sólo quería decirles que suena bien chistosote eso de que su gallo es gallina.
Digo, dado que la frase alusiva al gallo surge precisamente porque un gallo de pelea generalmente hace esto:


…mientras que la gallina hace esto otro:



y la imagen resultante es muy cómica, a menos que quieran decir que esa "gallina" que tienen por candidata literalmente se dedicará a sentarse encima de pollos por nacer (o encima de, gulp, "huevos"). Ahora, pudieron haber elegido una frase de combate más... no sé... ¿más combativa?... ¿Qué tal "mi gallo no es gallo, ni nada gallina tampoco, es algo así pero es una guerrillera de armas tomar"?... "Gallo no es, ¡pero mujer fuerte e inteligente sí que sí!... ¡Vamos a ganar!"... Jajaja, ¿en verdad era preciso conservar la metáfora avícola?

Y no lo digo por caguengue ni lo digo por politizar, es más, ni toco el tema de la política siquiera. Sólo me parece que si yo fuera candidata a algo, candidata a lo que sea, (aún cuando mi trabajo en verdad sí fuera sentarme a calentar fetos de pollo), detestaría que mi imagen institucional de guerrillera fuera una cochina gallina.

Por cierto, el hecho de que haya (de nuevo) una mujer candidata a la presidencia, pues sí es muy chido y muy padre y muy guay y todo lo que quieran, pero lo panistas se les asomó sin querer por debajo de la manga; ya que al insistir ustedes en utilizar la frase del gallo y recalcar que no es gallo sino gallina, sólo hacen sonar muy remarcado el hecho de que Josefina sea mujer.

Digo, y he repetido cosas por el estilo muchas veces: si la igualdad fuera verdadera, si fuese un hecho consumado, nadie necesitaría remarcar el hecho de que ella es mujer porque eso en verdad no importaría. Pero bueno, les reconozco su agigantado progreso, kudos. (Y)

Yo nomás digo. Es que en verdad suena bien cómico lo de la gallina.

Saturday, October 29, 2011

Un mundo en crisis: ¡Menos lloros y más acción!




Unos parientes acaban de regresar de Grecia. Visitaron Atenas y el Partenón y Santorini y la pasaron de maravilla. Pero Grecia se deshace en crisis y también les tocó ver huelgas, centenares de negocios cerrados, incendios; y sí, también hablaron con griegos que lloraban al contar sobre sus empresas tronadas, sus casas perdidas, sus negocios acabados.
Claro, igual que aquí en México que también nos deshacemos en crisis económica y social, y de violencia y de inseguridad.

Viene a mi mente la protesta actual en Wall Street. "Ocupemos Wall Street", dice mucha gente hoy en día, con un imaginario social en donde tal vez, quizá, ojalá, las cosas pudieran arreglarse protestando.

Desde luego que estoy a favor del derecho a protestar, y agradezco que haya tantos dispuestos a hacerlo. No los estoy culpando a ellos. No los tacho ni de tontos, ni de ingenuos, ni de equivocados, es sólo que me da tristeza lo predecible de la cuestión: habrá por todo el mundo cacerolazos, coches quemados, vidrios rotos, gritos y pancartas, pero al final el asunto se resolverá de la misma manera de siempre: quienes ya poseen todo lo que se puede poseer en el globo, se forrarán las bolsas con algo más, y quienes no tienen nada y cada vez ven menos posibilidades de tener algo, terminarán igual o peor que como estaban. Ojalá me equivoque.

Hoy en día en Wall Street abundan los Robber Barons y los Bernie Maddofs y los ladrones y los corruptos que, como ya escuchamos, especularon con todo, lo perdieron todo (lo ajeno) y lo robaron todo (lo ahora propio, lo nuevo que entró a engordar sus bóvedas a la Rico Mac Pato). Pero no vine aquí a dar clase de economía contemporánea porque, a quién engaño, yo misma no domino el tema ni de lejos. Pero sé que el sistema no funciona. El sistema capitalista actual, de la manera en que es manejado hoy en día, no está funcionando. Algo anda mal cuando los norteamericanos son echados de sus casas y cuando los mexicanos no tienen medicinas en el ISSSTE y cuando los españoles se lanzan indignados a las calles y cuando los negros de Inglaterra queman autos y cuando los griegos lloran al ver los vidrios rotos de sus restaurantes. Algo anda espantosamente mal, pero al menos ya nos dimos cuenta de dónde viene parte (y digo y reitero paaarte, sólo parte) del problema.

Ahora, claro, son muchos problemas, no nada más uno. Hay un problema de sobrepoblación. Hay un problema de falta de educación. Hay un problema de egoísmo e individualismo a ultranza. Hay un problema de crisis de salud porque comemos puras porquerías; una industria entera se dedica a engordarnos y enfermarnos y otra industria se dedica a devolvernos la salud a punta de pastillas. Hay un problema de violencia. Pero al menos ya caímos en la cuenta de que una buena parte de éste problema (al menos en el aspecto económico y financiero, que a fin de cuentas lo domina todo) se deriva de éste sistema retorcido en donde; cuando las personas le roban a los bancos, van a la cárcel y son castigadas; pero cuando los bancos le roban a las personas, reciben rescates y bonos millonarios y sus dueños no pisan cárcel alguna sino sólo los pisos pulidos de sus yates privados. El sistema está diseñado para que el gran inversionista se lo lleve todo, aunque no haya generado nada. Para que la corporación salga ganando siempre aunque no haya producido ni el huevo. Está diseñado para que la gran empresa sea vista ante la ley como una "persona", y resulta que ésa persona es la más protegida... a costa de todas las demás personas (físicas) que sí respiran, comen, sienten y tienen en casa bocas qué alimentar.

Desde luego que no soy una socialista, ni una "rojilla". Yo misma trabajo como agente para una gran corporación en donde a diario me dedico a hablar de dinero y vendo un producto financiero, y la más risible hipocresía cometería yo poniéndome a hablar en contra del capitalismo. El capitalismo funciona. El capitalismo es legítimo. Es legítimo que yo haga dinero, siempre y cuando lo haga de manera honesta y no lastime a nadie, y de preferencia tampoco lastime mucho al planeta. Es legítimo que Juan gane mucho más dinero que Pedro, quizá por medio de méritos y talentos y preparación. Es legítimo que haya ricos y pobres. Lo que no es legítimo, es que haya dos sistemas de justicia: uno que con sobrada eficiencia echa a una familia a la calle por atrasarse en los pagos de su casa, mientras el segundo sistema entrega a los bancos costalada tras costalada de billetes y "fichas" para que sigan apostando las propiedades de todos y cagándola sin mayor consecuencia... para ellos. El problema es que urge, urge, urge que lo convirtamos en un capitalismo más humano, más regulado, más considerado y más generoso.



Por éso enferma un poco escuchar que haya gente que ningunea éste tipo de manifestaciones, diciendo que se trata de flojos y hampones que "desean algo a cambio de nada", o que "se endeudaron a lo estúpido y ahora quieren que los saquen del hoyo". Ahora, yo sé que tienen un punto. Sí hay gente que desea algo a cambio de nada, y también hay gente que se endeudó de maneras absurdas y nada inteligentes. Hay quienes son pobres porque lo merecen. Pero lo que las mayorías están protestando no es éso. Es la injusticia. Es el robo y la corrupción y la libertad que tienen los grandes Don Wall Streets de apostarlo todo y defraudar y luego marcharse campantísimos para sus mansiones, con la conciencia tranquila como el copón.

Yo menos que nadie sé de economía y no me atrevería a sugerir soluciones globales. Me van más las sugerencias individualistas. Es ridículo pensar que todos podemos "fundar una ONG de ayuda a los pobres" o "crear una institución y un movimiento social para cambiar las cosas", aunque de ser posible sería maravilloso. Éso de crear ONGs e instituciones sí sirve, no lo dudo, pero ya hasta suena más trillado que la típica propuesta de resolución en un modelo preparatoriano de la ONU. "Crear una ONG que se dedique a combatir el problema X, con fondos salidos del Fondo Monetario Internacional y con aportaciones voluntarias de los países miembros". Yeah, right. Lo que necesitamos es un mundo más generoso. No seamos tan esclavos de nuestras pasiones. Que yo hoy pueda presumir que le dí algo a alguien, que le eché la mano a alguna persona y lo hice en serio. Que haya por lo menos UNA persona en nuestras vidas, que NO sea de nuestra familia, alguien, qué sé yo, a quien tomemos como un "protegido" y le ayudemos aunque sea un poquitito para que logre un mejor trabajo, o una mejor educación, o un día le ayudamos para comprar la medicina que no podía pagar y que, desde luego, ya se había acabado en la farmacia del ISSSTE. O la señora que pide dinero en las calles y que le dimos no nada más una moneda, también una cobija. Yo qué sé.


Ahora, si ya los aburrí con mi moralina pueden parar su lectura aquí, o pueden a continuación fumarse ésta deliciosa carta de Natsu, que me encontré un día (más bien digamos una madrugada, mientras surfeaba la Web a horas pecaminosas), en su Blog de crítica a Zeitgeist.
Zeitgeist es un documental que salió hace poco tiempo, y que debo aclarar aquí que yo no he visto nunca. "Natsu" es el nickname de una sevillana que maneja un Blog en donde se ha dejado horas y horas de la vida, se ha dejado las pestañas y los dedos, dedicándose a analizar y desmenuzar y criticar ése documental, junto con su marido, otro español que va con el nick de "Chemazdamundi". Pero éso es todo lo que sé de ellos. Ellos afirman, y parecen fundamentarlo bastante bien, que Zeitgeist "miente más que habla" (sus propias palabras), y que es un panfleto de ultraderecha disfrazado de todo lo contrario, pero éso yo no lo sé de primera mano porque no he visto Zeitgeist. Lo que a mí me gustó muchísimo es ésta carta de Natsu, donde ella se defiende de críticas que ha recibido en donde la acusan de que "por culpa de su crítica a Zeitgeist, mucha gente tal vez ya no va a querer cambiar el mundo". Y su respuesta es deliciosa.


Y para que nunca nadie vaya a pensar que soy una de ésos trolls que se copian cosas de Internet y las hacen pasar como suyas, repito una vez más que la autora de ésta carta es una tal "Natsu" y la dirección de su Blog es ésta: http://natsufan.wordpress.com/.
Les dejo con ella.





Declaración de intenciones de la autora.

Antes de empezar con la crítica en sí al vídeo, voy a realizar una declaración de intenciones personal y menos aséptica de lo que he expuesto arriba.

Durante la redacción de todos los artículos de “Zeitgeist contratado”, se me ha acusado de que “tu crítica a Zeitgeist está haciendo que la gente no quiera cambiar el mundo”.

¡Toma ya! ¡Eso sí que es echar balones fuera, como para pitar mil tiros de córner!

Me han escrito muchas, muchas cosas desde que empecé a redactar artículos sobre Zeitgeist. Me han hecho todo tipo de críticas, constructivas, insultantes, algunas groseras, otras irónicas, otras divertidas. Pero esta última acusación que me encontré en los comentarios (léase: “por tu culpa los que han visto Zeitgeist no quieren cambiar el mundo”), es que se pasa de rosca. Por lo ridículo, por lo increíble… y por la jeta de cemento que demuestran tener algunos. En serio, me han dicho de todo, pero esta acusación es de una caradura tan increíble que al leerla se me quedó la cara a cuadros.

Así que ahora resulta que la culpa de que la gente no quiera cambiar el mundo es mía. Que YO estoy haciendo, con mis escritos sobre Zeitgeist, que la gente se decepcione (¿de qué?) y no quiera luchar para mejorar las cosas.

Queridos lectores, pro-zeitgeisteros, anti-chemazdamundis, anti-natsus y simples personas humanas en general todos. Os voy a mandar un mensajito y espero que quede claro.

No hay que cambiar el mundo porque un día veas una película alternativa y te dé el volunto. Los intentos de cambiar las cosas surgidos de un “calentón” ni duran nada, ni arreglan los problemas.

Parece ser que ocurre lo siguiente. Zeitgeist despierta sentimientos y emociones en las personas que lo ven. Luego esas mismas personas se dan cuenta de que miente, y se hunden, y se les acaba el “sentimiento” de querer arreglar las cosas, ¿es eso de lo que se me acusa? ¿Están intentando hacerme a mí responsable de la desidia, la ignorancia y la vagancia de los demás? ¿Y de verdad se creerán que pueden justificarse ante nadie, siquiera ante sí mismos, con semejante patética excusa? Si a esta panda de verdad se les han desinflado las ganas de cambiar el mundo porque existe mi blog, si tan débiles eran sus intenciones, sus convicciones y sus motivos, entonces jamás habrían llegado a mejorar ni arreglar nada de todas formas. ¿Y sabéis por qué?

Porque un calentón sentimental no cambia el mundo por sí mismo. Los sentimientos pueden impulsarte si están dirigidos por la razón, pero sin razón que los guíe, ni verdades que los avalen, lo que harán será desviar la energía a objetivos equivocados. Como un coche muy potente pero sin dirección, el destino de la acción impulsada por sentimientos y no dirigida por la razón, es estrellarse… de forma estrepitosa. Yo puedo tener la ilusión de que las faldas a cuadros escoceses salvarán al mundo, pero esa ilusión de cambiar el mundo, esa energía y ese impulso no servirán para nada si las invierto en difundir la verdad sobre las faldas a cuadros escoceses. Repito: el impulso y los sentimientos deben ser dirigidos por la razón, o están abocados al desastre.

Lo siento, pero la idea de “ser uno con el cosmos” y ponerse en plan “flower power” es bastante antigua. Ya la predicaron los hippies durante los años sesenta. Se rebelaron contra el sistema, lucharon por la libertad sexual y otro tipo de libertades, y quisieron cambiar el mundo. Woodstock, el mayo del 68… qué tiempos aquéllos, ¿verdad?

¿Os cuento quién ganó las elecciones en Estados Unidos tras el hippismo?

Richard Nixon.

¿Y quién ganó las elecciones en Francia tras el mayo del 68?

La derecha. La de Charles de Gaulle.

¿Veis un patrón en todo esto?

Mirad, chicos, sé que a todos nos gustan los buenos sentimientos, y la idea de ser todos uno con el cosmos, me parece estupendísimo. Pero lo que quiero dejaros claro es que sólo los buenos sentimientos no van a cambiar el mundo, nunca lo han hecho, y nunca lo harán. Comprobado. Field tested.

Mirad, muchachotes, de verdad que siento mucho la decepción que algunos os habréis llevado leyendo este diario y viendo que Zeitgeist decía mentiras una detrás de otra. Siento mucho que Zeitgeist os inflara las ilusiones, y que estas entradas las desinflaran. De verdad que lo lamento. Pero si os sirve de consuelo, ese “calentón” que os produjo Zeitgeist, esos sentimientos elevados que experimentasteis tras ver la película… NO habrían servido para cambiar el mundo, más que nada porque Zeitgeist defiende postulados de ultraderecha. Ron Paul, el político que aparece siendo alabado en Zeitgeist Addendum y para quien Peter Joseph, el autor de Zeitgeist, the Movie pidió el voto, es un libertariano en contra de los impuestos, y por tanto del sistema de seguridad social universal. ¿De verdad creéis que habría sido bueno que fuérais defendiendo esas ideas? Ya habéis visto los ejemplos anteriores. Por mucho que penséis en el poder del amor, y la unidad de la raza humana, los buenos sentimientos no bastan.

Lo que no quiere decir que no sean un excelente principio. Es sólo que no son suficientes. También hacen falta conocimiento, verdad, valor y trabajo duro. Y si los sentimientos se basan en mentiras, entonces nunca se llegará al conocimiento y a la verdad, y nunca se podrán cambiar las cosas a mejor. Es más, el “subidón” de ilusión y ganas de cambio, si no está guiado por el conocimiento y la razón, puede llevar a la gente a ser utilizados y manipulados por quienes sí conocen la verdad.

Y alguno afirma:

“¿Por qué insistes tanto en la verdad, la verdad? Nada es verdad o mentira, todo es relativo.”

¿Ah, sí? Cuando el equipo del profesor Salk descubrió la vacuna de la polio, evitando que millones de personas en todo el mundo enfermaran y quedaran lisiadas de por vida, ¿A qué creéis que se atuvo? ¿Al relativismo? ¿Al poder del amor? ¿A la unidad del cosmos? No, cariños, no. Se atuvo a jodidos principios científicos. Y encontró la vacuna de la polio, y curó la puta polio a todo el mundo, hasta el punto de que estamos a punto de erradicar la enfermedad del planeta.

.

Os lo voy a preguntar, y quiero que os contestéis a vosotros mismos. Os duele la cabeza y vais al médico. ¿Qué opinaríais si el médico os dice lo siguiente?

-Vale, para arreglar tu dolor de cabeza, vas a beber orines de caballo.

-Oiga, eso no me parece muy profesional… normalmente me suelen recetar ibuprofeno o ácido acetilsalicílico…

-Pero la historia de la medicina la han escrito los vencedores, los que tenían el dinero y el poder para pagar los estudios sobre el ibuprofeno y el ácido acetilsalicílico. La respuesta está en los orines de caballo.

-Pero oiga, es que los estudios del Journal of the Royal Society of Medicine

-¡No me salgas con tus fuentes oficiales manipuladas! ¡Sólo un idiota se creería todas esas enciclopedias, revistas científicas y estudios, manipulados durante siglos por el poder!

-Pero la aspirina se lleva usando más de cien años y está demostrado por estudios de laboratorio y por pruebas que es efectiva…

-¡Estudios manipulados! ¡Manipulados por los vencedores de la historia de la medicina, por los que tienen el dinero y el poder!

-Pero la experiencia previa…

-Mira, tengo aquí los estudios del Dr. Hiyek, de la escuela de medicina de Viena, que dicen que los orines de caballo son lo que cura el dolor de cabeza, y que la aspirina y el ibuprofeno sólo llevarán al tumor cerebral y el Alzheimer.

-¿Hiyek, de la Escuela de Viena? ¿Pero qué método utiliza ese señor?

-La escuela de Viena utiliza el razonamiento directo, y rechaza impedimentos a la lógica como pueden ser el método científico y la experiencia previa.

-¿Que rechazan el método científico y la experiencia previa? ¿En Ciencias?

-Así es. Y además, siempre funciona. Hiyek predijo que surgirían nuevas enfermedades en un futuro, para que veas que su sistema funciona.

-Pero nuevas enfermedades surgen siempre, no es más que la evolución funcionando, mutaciones… Cualquiera puede decir que van a surgir nuevas enfermedades.

-Está siendo usted obtuso y cerrado de mente… ¿es que no ve que los orines de caballo salvarán al mundo?

-¿Qué? ¿Ahora me insulta? Pero oiga, ¡que el que está diciendo estupideces es usted!

-¡Cómo osa! ¡Estúpido pelele, marioneta del sistema! ¡Usted no hace más que defender a los mayores criminales del mundo, los que controlan el mundo desde la sombra desde hace milenios, y han convencido a la gente de que la aspirina y el ibuprofeno son sanos y válidos! ¿Acaso han terminado la aspirina y el ibuprofeno con las enfermedades? ¿Es que no ve la de millones de enfermos que hay en el mundo?

-Sí, claro, pero eso tiene que ver con la pobreza, con la falta de alimentación, la corrupción de los gobiernos… no se va a solucionar dando a los enfermos orines de cab…

-¡Cerdo capitalista! ¡Tú debes de ser un agente del MOSSAD! ¡O estar a sueldo de los poderes en la sombra y las farmacéuticas que pretenden dominar a las personas a base de aspirina e ibuprofeno!

.

Vale. Pues ahora, de todos vosotros, me gustaría saber cuál se bebería los orines de caballo en lugar de buscarse otro médico que le recetara algo científicamente probado, basado en el método científico, comprobado por la experiencia previa. Y sed sinceros. Porque el que me diga que se tragaría los orines de caballo, tiene que dar su nombre y apellidos, y quedar conmigo un día para bebérselos ante una cámara. A ver si así se os quita la tontería de que “nada es verdad o mentira”. ¿ES VERDAD O MENTIRA QUE LOS ORINES DE CABALLO NO SON SANOS PARA BEBER? El que diga que es mentira porque “todo es relativo”, “son tus fuentes contra las suyas” o “las enciclopedias están manipuladas”, que esté dispuesto a beberse orines de caballo en público, o admita de una puñetera vez que existen verdades y mentiras incuestionables, y que existen mentiras dañinas. Como por ejemplo, el decirle a la gente que el condón no impide el contagio del SIDA (mentira dañina que es culpa de la iglesia católica, cabrones) o lo de decirle a la gente que el SIDA no existe y es un bulo (mentira dañina que es culpa de los negacionistas del SIDA).

Por favor, lo he escrito varias veces y voy a seguir insistiendo: existen verdades y mentiras. Puede haber lagunas en el conocimiento, puede haber dudas al respecto de los detalles, puede haber opiniones distintas (opiniones puede haber todas las que queráis)… pero los HECHOS son los que son. Y flaco favor hace al mundo y a la humanidad quien empieza dinamitando la base de la civilización: la inteligencia humana y su capacidad para discernir las verdades de las mentiras.

Ahora, tengo que dirigirme a todos vosotros, lectores, los más ricos herederos que hayan existido jamás. Sí, querido lector, y esta vez, con querido lector, me refiero a todos vosotros, zeitgeisteros y no zeitgeisteros, los que amáis Zeitgeist y me odiáis a mí, los que disfrutan con mis escritos y los que los desprecian, esto va para todos vosotros.

Tú… sí, TÚ, tú eres el heredero más rico que ha existido en siglos. Sí, .

¿Sabías que en toda tu vida, TÚ, querido lector, has vivido más experiencias, disfrutado más comida, bebida, lectura, poseído más cosas, y tenido más posibilidades, que toda la aristocracia de todo el mundo, al menos hasta el siglo XIX? Alguno dirá: “yo no he disfrutado tantas cosas”… Bueno, para empezar, estás leyendo esto. Considérate afortunado sólo por ese poder que tienes, de ver manchas en un fondo blanco y convertirlas en conceptos en tu cabeza. Mucha gente no ha tenido esa oportunidad en toda su vida… Y sí, debemos cambiar eso. Pero para animarte a cambiar eso, debes ser consciente de la suerte que tienes.

¿Alguna vez has comido una chocolatina? Pues Julio César conquistó las Galias y fue emperador, un breve tiempo… pero no tuvo acceso a una chocolatina. Alejandro Magno, que conquistó todo el mundo conocido, no pudo escuchar una orquesta, ni una canción de los Beatles, ni la Cabalgata de las Valkirias de Wagner. El Faraón Keops, cuya tumba aún asombra al ser humano, nunca montó en un avión, ni tuvo medicinas como las que tú puedes comprar en una farmacia. Sí, sé que no todos los seres humanos tienen todo esto… y odio esa injusticia tanto como tú, querido lector, y quiero cambiar esa injusticia y que todos seamos igual de prósperos. Pero me gustaría recordarte dónde estás, para que veas tu vida en perspectiva. TÚ eres el heredero de millones de personas que vivieron sin higiene, sin derechos, sin medicina, sin más comida que el pan, el arroz y el mijo, trabajando de sol a sol para apenas mantenerse. Tú eres el descendiente de los desgraciados que sobrevivieron a miles de guerras, mutilaciones y sufrimiento. Tú eres el descendiente de las mujeres que fueron violadas en aquellas guerras.

Tú, querido lector, tienes una moña que no te la crees. Sí, sé que el trabajo está fatal, que la vivienda está fatal, que la ecología está fatal, que hay pobreza en el mundo y hambre y guerras y delincuencia y violencia. Pero tú, TÚ, tú estás de puta madre. Tú has comido mejor que muchos reyes, emperadores y nobles… Sí, tú. ¿Has probado las patatas, los tomates? Pues Gengis Khan, no tuvo nada de eso. En la Edad Media o la Antigüedad, sólo tenía médico el rico del pueblo. Sólo Enrique VIII comía barquillos, porque sólo se hacían en su cocina, antes de Enrique VIII, no comió barquillos nadie, ¿Has comido un bombón, un barquillo, unas patatas fritas, unos tomates, probado el sushi? Cleopatra no probó tantas cosas como tú. Tú, querido lector, no puedes tener un jet privado como un millonario, pero SÍ puedes tener un billete de avión. Sí, sé que NO toda la humanidad tiene todo esto… pero TÚ que lees esto, que sabes leer y tienes una conexión a internet o acceso a ella, tienes que saber la suerte que tienes. Tú no puedes tener al mejor médico, pero sí puedes ir al médico. No te voy a negar que el rico tiene más cosas y mejores que tú, pero tú puedes, al menos, disfrutar de esas cosas alguna vez. En la Edad Media, un libro valía más que un pueblo. Tú puedes acceder a las grandes obras de la literatura universal a precio asequible, o en una biblioteca. Tú puedes leer estas líneas, y si hubieras nacido hace mucho tiempo, o en otra parte del mundo, ni siquiera tendrías esa oportunidad. Tú has nacido en una sociedad en la que, legalmente, eres igual al rico y poderoso. Sí, el dinero es importante. Sí, el rico tiene mejores abogados, mejores médicos, mejor comida, mejor gimnasio, y para sobornar si quiere… Pero legalmente, en teoría, no es mejor que tú. ¿Tienes idea de lo grande, lo impresionante, lo valioso que es ese derecho? ¿Tienes idea de la sangre que se ha derramado para conseguirlo?

¿Y gracias a quiénes tienes todos esos derechos? Gracias a quienes han investigado para mejorar los cultivos, la medicina, las ciencias. Gracias a quienes se han rebelado para conseguir libertades. Con su vida pagó Miguel Servet su búsqueda de la verdad, con sangre se pagaron las libertades de que disfrutáis, con hambre se sufrieron las huelgas que consiguieron vuestro derecho a trabajar ocho horas al día y no dieciséis, quemadas murieron en una fábrica las mujeres que solicitaron trato igual con los hombres en su trabajo, allá por el siglo XIX.

Querido lector, ¿te das cuenta de que el trabajo duro está todo hecho? Te lo repito, EL TRABAJO DURO YA NOS LO HAN DADO HECHO. Tocaba matarse y morir por las libertades, Y DE ESO SE HAN ENCARGADO LAS ANTERIORES GENERACIONES. ¿Te das cuenta de que ya nos han dado lo más importante? ¿Te das cuenta de que sabes leer y escribir, de que sabes buscar información, de que tienes libertad de expresión, de asociación, de creencia, sexual? ¿Te das cuenta? Realmente, ¿te das cuenta de lo privilegiado de tu posición en el mundo?

Y ahora entran algunos, y se atreven a acusarme con frases como:

“Lo máximo que consigues escribiendo todo esto es que si alguien había despertado, por el motivo que sea (pues creo que es lo de menos) y había decidido empezar a cambiar un poquito el mundo, lo máximo que consigues, es que vuelva a su estado de currar/ver tele/dormir (…)”

Claro, porque los lectores de mi blog deben de ser todos idiotas apáticos con la personalidad y la autoestima de una col lombarda. Según esta persona, entre mis lectores no debe de haber ni uno lo bastante inteligente como para querer cambiar el mundo con el corazón partío por la decepción causada por Zeitgeist, no hay ninguno con convicciones, ética o sentido del deber propios, sin Zeitgeist, no hay nada… ¿no te jiba, el andoba?

“Alguien ve el documental. Ahora quiere hacer algo bueno por el mundo. Lee vuestro blog y pierde las ganas. ¿Donde está el sentido?”

El sentido de este blog es enseñar a la gente a contrastar, a tener sentido crítico y a no dejarse llevar por los “calentones”. El sentido de hacer ver a la gente que se ha tragado una trola, consiste en que la próxima trola que les llegue difícilmente se la tragarán, o al menos, no se la tragarán al completo, con el cebo, el anzuelo y la caña. El sentido está en que las personas que lean este diario comprendan la importancia del conocimiento, y vean cómo un mensaje aparentemente izquierdista y “new age” como el de Zeitgeist, podía ocultar propaganda de ultraderecha libertariana. El sentido consiste en que no se sustituya una creencia ciega por otra creencia ciega. El sentido consiste en enseñar a la gente a no dejarse manipular por el primero que les dice lo que quieren oír. El sentido consiste en no dejar que ultraderechistas que están en contra del sistema de Seguridad Social universal, te cuelen sus teorías en un bonito paquete. Ahí está el sentido de estos artículos… y mientras más comentarios me entran como el tuyo, más sentidos tienen mis artículos y los de mi marido, Chemazdamundi.

“No digo que mientas, digo que quitas ilusión a gente por hacer algo positivo.”

¿o_o?

¿o_O?

¡¡¡O_O!!!

P-pe-pero…

¡¡¡¡PERO ESO QUÉ MIERDA DE EXCUSA ES!!!!

Pocas cosas me cabrean, y no me gusta dar berridos ni copiar el estilo de Chema, pero en serio, ¡estas acusaciones son para reventarle la paciencia al más tranquilo!

¡Por Dios, por Marx, por Nietzsche y Rand, por el Monesvol y el Unicornio Rosa! ¡Cómo podéis ser tan quejicas, tan lloricas, tan vagos y tan cobardes! ¡Mirad atrás, maldita sea! ¡Mirad atrás a los muertos en la toma de la Bastilla y durante los años del Terror! ¡Mirad a los científicos como Hipatia y Servet, asesinados en la búsqueda y protección del conocimiento y la verdad, asesinados a manos de los fanáticos para poder dejar a la siguiente generación el siguiente peldaño en la carrera del conocimiento! ¡Mirad atrás a los miles, millones de muertos en guerras, en luchas por la libertad, en manifestaciones! ¡Mirad a los muertos en la guerra civil, y la Guerra Mundial, caídos luchando para detener el avance del fascismo, caídos para dejar mayor libertad y más justicia a la siguiente generación! Imagináoslos, imaginaos a Hipatia siendo descuartizada por la turba fanática, imaginaos a Servet ardiendo en la hoguera, imaginaos a una familia en huelga muriendo de hambre, tras días sin comer, porque piden un horario justo, imaginaos a tantos soldados muertos luchando contra el fascismo.

Y ahora, cuando en vuestra mente los tengáis ante vosotros, miradles a los ojos y decidles que no queréis cambiar el mundo porque Natsu escribió artículos sobre Zeitgeist que hirieron vuestros sentimientos. Decidles que quisisteis cambiar el mundo porque una película os emocionó, pero que al primer obstáculo, a la primera mentira, a la primera dificultad, os rajasteis y volvisteis a casa a llorar porque “todo es una mierda, y confié en un documental que mintió”. Decidles a los rebeldes, a los luchadores, a los investigadores, a los héroes, a los mártires de la ciencia, que da igual que ellos dieran su vida por mejorar el mundo, que vosotros os topasteis con un vaso de agua en forma de blog, y os ahogasteis.

Y dentro de veinte años, cuando las cosas hayan ido a peor, si tenéis hijos, o sobrinos, o veis a cualquier niño por la calle, miradle a los ojos y decidle:

-Iba a cambiar el mundo, pero lo dejé porque Natsu escribió un blog.

Suerte tendréis si el niño sólo os llama “cobardes”.

Algunos diréis:

-Pero es que yo me conmoví con Zeitgeist, la película me emocionó, y al desmontar Zeitgeist desmontaste la emoción que me hizo desear cambiar las cosas.

Os voy a contar un secreto a voces: vuestros sentimientos son algo poderoso. Siempre he dicho que si Zeitgeist os anima a pensar, a buscar, a investigar y a aprender, bien está. Esa emoción que os hizo sentir la película, podéis conservarla si queréis. Podéis canalizar vuestras emociones y hacer que os impulsen a perseguir grandes objetivos. Si Zeitgeist os impulsó a desear cambiar el mundo, ¡entonces hacedlo! Sencillamente, cuando intentéis cambiar el mundo, buscad información y plantead alternativas reales y posibles. La ciudad del Proyecto Venus dirigida por un ordenador “que no falla”, no es una alternativa razonable.

¿Mi blog os ha deprimido? Bien, tenéis dos opciones: poneros a intentar cambiar el mundo partiendo desde algo que no sea Zeitgeist (voluntariado, política, ONGs, etc), o si lo deseáis, podéis intentar redirigir el movimiento Zeitgeist admitiendo todas las mentiras que incluyen las películas. Vosotros mismos.

Lo que no es de recibo, no es justo, y además es de una monumental caradura, es que os neguéis a intentar solucionar los problemas de la humanidad, y encima me echéis la culpa a mí.

Si mi blog os ha detenido las ganas de trabajar, tampoco os creáis que habríais durado mucho. ¿Cuánta perseverancia necesitó Gandhi para aguantar sin violencia hasta conseguir la independencia de la India? ¿Creéis que se pueden cambiar las cosas sin perseverancia? ¿Creéis que si mi blog os detuvo, no os habría detenido la primera piedra en vuestro camino? Zeitgeist habla de rebelarse contra los grandes poderes… ¿y pretendíais enfrentaros contra “los hombres tras la cortina”, pero lloráis porque mi blog os desinfló las ilusiones?

Si mi humilde blog ha bastado para pararos las ganas de cambiar el mundo, jamás habríais cambiado nada, porque os habríais cansado al primer obstáculo. La perseverancia consiste en intentar las cosas una vez, y otra, y otra, y otra, y seguir intentándolo, y seguir insistiendo. La perseverancia consiste en caerte setenta y nueve veces, levantarte, sacudirte el polvo y decir, “¡vamos a por la número ochenta!” Si queréis cambiar las cosas para mejor, acostumbraos a encontrar piedras en el camino. Y haceos a la idea de que serán más serias que los escritos de esta humilde bloguera.

Sé que hay gente para la que este blog ha sido justo lo contrario… la primera piedra de “entrenamiento”. El primer obstáculo. La primera cosa que sale mal. Hay algunos de mis lectores que dicen “en lugar de pensar en qué se diferencian Zeitgeist y el diario de Natsu, pienso qué tienen en común… ¡y ambos hablan de pensar por ti mismo, de aprender, de leer, de cambiar el mundo! Y yo me voy a quedar con eso y voy a luchar por el movimiento”.

¿Mi blog os ha decepcionado? Utilizad esa decepción como combustible de vuestros actos, estudiad, aprended, gritaos a vosotros mismos “¡No me volverán a colar semejante trola!”

Si a pesar de las mentiras decidís que os gusta Zeitgeist y queréis odiarme, ¡usad ese sentimiento como combustible! Gritaos a vosotros mismos “¡Voy a trabajar duro para cambiar las cosas y le demostraré a la petarda de Natsu y al cabrón de Chema que el movimiento Zeitgeist puede dar cosas buenas!” Eso sí, sólo os pido que no vayáis repitiendo las mentiras de Zeitgeist, y que os centréis en cambios posibles y útiles. Pero si Zeitgeist es en vuestra vida “lo que me conmovió el alma para empezar a cambiar las cosas, lo que me abrió los ojos”, ¡usadlo para animaros y guiaros! Pero no os creáis las mentiras que dice… Si Zeitgeist es la plataforma sobre la que queréis empezar, recordad el sentimiento de ilusión que os despertó, y trabajad con él. Pero guiad ese sentimiento con verdades, con la razón, con el método científico, con las pruebas, con el sentido común. De nada sirve manifestarse en el mayo del 68 para que luego gane de la derecha. De nada os servirá la conmoción y el impulso que os dio Zeitgeist, sin la verdad, la razón y la lógica para guiarlas. Pero ese impulso es bueno si lo dirigís bien.

Dirigidlo bien. Cambiad el mundo. Si lo deseáis, podéis canalizar bien hasta la manía que podáis tenerme. Haced las cosas tan bien que podáis restregármelas por la cara.

Pero no me digáis, ni a mí, ni a todos vuestros sufridos ancestros, que “Natsu me paró las ganas de cambiar el mundo”. Nadie va a creerse esa excusa. Ni vosotros mismos, dentro de veinte años, cuando os miréis al espejo. Así que dejad de autojustificaros y de culparme a mí de la desidia de los demás y de la vuestra, y moved el culo.

No nos atañe a nosotros dominar todas las mareas del mundo, sino hacer lo que está en nuestras manos por el bien de los días que nos ha tocado vivir, extirpando el mal en los campos que conocemos, y dejando a los que vendrán después una tierra limpia para la labranza.

El retorno del Rey

El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien.